Conversación de diván

Dicen que conviven dos Noel dentro de este cuerpo una vomita palabras
como si fueran conejitos, la otra se esconde detrás de sus libretos.
Una de ellas altera el aire da vueltas
la otra no se mueve por miedo
a quién sabe qué, nada la representa.
No conviven, pelean, luchan por matarse una a la otra, mejor dicho, una intenta respirar
mientras la otra le tapa la boca.La que conociste seguro sonríe un poco, se pone frente los focos a hablar de política y el cosmos.
La otra come vidrios rotos, evita los espejos y se seca los mocos en su remera vieja que usa de piyamas en noches negras.

Todas las noches son negras.

No, Noel no es  una especie de Doctor Jekyll  y el señor Hyde. No, Noel se acerca más a Hyde, su doctora Jekylla está amordazada por la espalda inmovilizada, por eso, por eso no sana. Gritos ahogados oscuros sombreados.

Para, pido pausa.

No convive nadie con nadie acá, yo soy la que sobrevive, reincido, sin mí estaríamos muertas hace rato, abdico, si lo que ayer fue el cielo y hoy en día es el piso es porque nos puse de cabeza a esperar que la sangre sabor fresa llegue a la sien
Hasta colmar los ojos
para dejarlos rojos 
y explotar en esa
sintonizada sintonía  
encapsulada en esa
monótona monotonía
de convivir todo el día con esa Noel. 

¡Qué no! 
ya te había dicho que el motivo no es matarla,
el motivo es 
¿Cuál era el motivo?
ah sí, educarla.

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