Pedalea como una piba

 Somos militantes todo el tiempo. Podemos militar de forma activa o de forma interna, la segunda es la que más cuesta. A veces experimentamos momentos chamánicos memorables que nos llevan a salir de nosotras mismas, vernos desde afuera, contemplar esa bruja que reposa al lado de la hoguera del aquelarre.

Si luchamos, no nos atemos,

 cuidado con la autoexigencia, 

la autocrítica es nuestra aliada,

 nos repetimos en esa hoguera que quema.   

-Ya lo estamos sintiendo,

 seguimos desde afuera, 

mirándonos al lado de la hoguera-.

Mujeres de luna llena, en ronda fortalecemos y sembramos conciencia, aunque duela portar las gafas violetas. Las feministas tenemos eso,  nos subimos a la bicicleta con nuestros libros y nuestra teoría, arrancamos… y la única forma por la cual podemos parar es para contemplar al colectivo, mirarnos a nosotras mismas desde afuera, repensarnos como movimiento. Aunque el viento lleno de bichos y machos nos de en la cara, a contramano, el aquelarre pedalea como una piba. No se idealiza nada, también hay desacuerdos y hay quienes se embanderan no siéndolo, el feminismo no es algo estático,fluctua. 

Volvemos  a la realidad 

de nuestros cerebros

 que ya escupieron opiniones desde afuera.

Vamos a luchar desde adentro hacia afuera,

por un feminismo abolicionista de las guerreras. 


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