¿Hay alguien ahí?

Aunque la voluntad se presentó
y a pesar de que sostengo
la impoluta necia necesidad
de ser parte de la sociedad,
de la suciedad activa,
sexualmente afectiva
que no me deja de etiquetar.

Ignorando el hecho
de que me consultan
si esto se cura o si soy asexual.
Aceptando la idea
del celibato traumático,
asumiendo mi parte
mientras lavo los platos.

Entiendo que sea loco
no sentir deseo.
Entiendo que ignoro
en parte ¿Será?,
mi falta de autoconocimiento.
Pero aclaro y sostengo
si esto fuera promiscuidad
¿Me molestaría tanto?
Sí fuera con la marea
de hipersexualizaciones
en esas charlas libres
sobre condones
¿Pesaría tanto?

Reanudar la premonitoria
charla social me cansó
y el bloqueo mental cesó.
Entonces escribo y lo publico
para que el público chiquito
que alguna vez me leyó, 
preste sus ojos,
porque mi cabeza
pesa mucho hoy.

En Mujeres que corren con los lobos,
Clarissa escribió que
el arte no es solo para una misma,
no es un jalón en la propia compresión.
Es también un mapa para las generaciones venideras.
Y que sepan las que vinieron,
las que vendrán,
que el peso de la falta del deseo
o los periodos largos de inactividad
no son rachas, no es que ya nos va a pasar
algunas tenemos otras formas,
hagamos saber  que nos pueden acompañar,
pero que apurarnos a sanar, no está bien, está mal.

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